Pequeños placeres de CLARE CHAMBERS
—Puede ser. Parece un poco indecoroso. Pero el romance no debería ser dominio exclusivo de la gente joven, ¿verdad? —No, desde luego que no. —Jean experimentó la injusticia de cualquier prejuicio del que pudiera ser objeto algún día y se empeñó en demolerlo—. Estoy segura de que, por dentro, sienten las mismas emociones que un veinteañero. El anhelo de amor, la necesidad de aprobación, eso no cambia. Un cuerpo envejecido no es más que un revestimiento. —Bien expresado —dijo Howard—. Imagínate que la dignidad fuera lo único a lo que pudiéramos aspirar en la vejez. |