El corazón helado de Almudena Grandes
Mis madres, porque tenia dos, dormían en el piso de arriba, en la habitación principal, donde duermo yo desde que me casé. Pero, según ellas, no eran lesbianas, nunca lo han sido. Eran amigas, dormían juntas, discutían, se daban celos, se ponían los cuernos, tenían unas broncas monumentales en la cocina, pero no eran lesbianas.
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