El lector de Julio Verne de Almudena Grandes
Las palabras que no se dicen hieren, golpean pinchan, queman, destruyen los tejidos del cuerpo y del espíritu.
|
El lector de Julio Verne de Almudena Grandes
Las palabras que no se dicen hieren, golpean pinchan, queman, destruyen los tejidos del cuerpo y del espíritu.
|
El lector de Julio Verne de Almudena Grandes
Las preguntas verdaderamente importantes son siempre más importantes que cualquiera de sus respuestas.
|
El corazón helado de Almudena Grandes
He perdido tantas cosas en mi vida que me daba miedo haberlo perdido todo y no haberme dado ni cuenta.
|
Inés y la alegría de Almudena Grandes
Sólo existe una dicha más grande en la vida que enamorarse, y es enamorarse bien.
|
El corazón helado de Almudena Grandes
Mi padre era atractivo, rico, poderoso e inculto, como suelen ser incultos los hombres ricos y poderosos, no porque no sepan muchas cosas, que él sí las sabía, sino porque se comportan como si todo lo que ignoran no existiera, como si no sirviera para nada, como si careciera completamente de importancia.
|
El corazón helado de Almudena Grandes
Nos ha robado, pues bueno, qué le vamos a hacer, la culpa es del ladrón, que nos engañó a todos. Todos nos dejamos engañar a la vez, y no porque seamos tontos, sino porque las buenas personas son fáciles de engañar. Y eso es lo que hay, no hay más vueltas que darle.
|
La madre de Frankenstein de Almudena Grandes
Sé que nunca volveré a ser feliz, porque ni siquiera estoy dispuesta a intentarlo.
|
|
El lector de Julio Verne de Almudena Grandes
Sin embargo, hasta las personas más valientes, las más justas, las más honradas, interpretan la realidad de acuerdo con sus propias ideas sobre lo que es bueno y lo que es malo, lo que desean, lo que temen, lo que creen, lo que detestan. Y al hacerlo, fabrican su propia verdad.
|
La madre de Frankenstein de Almudena Grandes
Porque todos vivimos en un cementerio, pero algunos estamos vivos todavía.
|
La madre de Frankenstein de Almudena Grandes
España es mi país, padre Armenteros, por mucho que le joda. Ya sé que le habría gustado que los suyos acabaran con todos los españoles como yo, pero no pudieron, y no fue porque no lo intentaran, desde luego. Asi que España es tan mía como suya, aunque no le guste. Usted no es más español que yo. Y no tiene derecho a opinar si mi país me conviene o no
|
La madre de Frankenstein de Almudena Grandes
Sólo merecerá la pena si te apetece , si te interesa de verdad . Nunca lograrás hacer bien nada que no te apetezca hacer .
|
Castillos de cartón de Almudena Grandes
Quise confundir el riesgo con la arrogancia, la ambición con la locura, el placer con el vicio, el amor con el cálculo, la suerte con la desgracia.
|
Los aires difíciles de Almudena Grandes
El mar no pertenece a los déspotas. En su superficie pueden todavía ejercer sus derechos inocuos, batirse entre devorarse, transportar a ella todos los horrores terrestres. Pero a treinta pies de profundidad, su poder cesa, su influencia se apaga, su potencia desaparece.
|
El corazón helado de Almudena Grandes
Ignacio sintió entonces, uno por uno, cada día de esos tres años largos como tres siglos, y fue consciente de su cuerpo como nunca antes lo había sido. Encaramado en el cielo del placer, de la alegría, recordó los colores del infierno, el dolor sordo y constante de su vida pasada, la humillación, el frío, el cansancio de los barracones, y creyó en Anita, como si su cuerpo tuviera el poder de enderezar el mundo, de devolverle todo lo que había perdido, de rescatarle de tanta derrota, tantas traiciones, o como si intuyera que la felicidad de aquel instante lo cambiaría todo, porque nada sería igual cuando él pudiera recordar aquella noche, aferrarse a su recuerdo para no caer en el abismo espeso del desaliento. Mientras tanto, se enamoró de ella como nunca había estado enamorado de nadie, como no volvería a enamorarse jamás
|
|
La madre de Frankenstein de Almudena Grandes
El fin nunca justifica los medios, y quien se cree capaz de decidir sobre la vida de los demás, puede acabar creyéndose con derecho a decidir cualquier cosa.
|
Los pacientes del Doctor García de Almudena Grandes
Esta vida es una mierda, Rafa. Y lo peor es que no tenemos otra.
|
Estaciones de paso de Almudena Grandes
Eso fue lo que vi yo en sus ojos, y la nostalgia de lo que nunca se ha tenido, que siempre es lo que más duele haber perdido.
|
Estaciones de paso de Almudena Grandes
Ver no es lo mismo que mirar, y al mirar, no todas las personas ven los mismo.
|
¿En qué ciudad nació Almudena Grandes?