La mala costumbre de Alana S. Portero
Conforme me acercaba a la pubertad y me resistía a afrontar la realidad, los contornos de mi padecimiento se amalgamaban en un cuarteto macabro de despersonalización, negación, huida y mentira, que se sostenían en el tiempo como una nota grave que me estaba volviendo loca, un acúfeno capaz de articularme palabras de desprecio dentro de los oídos.
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