Como caracol... de Alaíde Ventura Medina
Hun se ofreció a servir el postre y, cuando nadie lo veía, me hizo señas de "acompáñame a la cocina". Ahí, por primera vez, me dijo que me quería. -Pero muchísimo, Julieta, no sabes cuánto. -Yo... también–contesté. |