Los Buenos Veranos 2. La Cala de Zidrou y Jordi Lafebre
Siempre decíamos que volveríamos cuando me jubilara, pero luego... ¡ya sabes lo que pasa! ¡Cortamos los sueños, los ponemos en un jarrón y quedan muy bonitos en la mesa del salón! Pero por mucho que les cambies el agua todos los días, los sueños se acaban marchitando.
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