Ojos negros, entre luces y sombras de María Cristina Adassus
Una de las costumbres que aprendieron [los alemanes del Volga radicados en la localidad de Coronel Suárez, Buenos Aires, Argentina] de los criollos fue tomar mate y lo incorporaron a su vida cotidiana, pero le dieron el toque típico alemán. Igual que como tomaban el té en Alemania, lo endulzaban en su boca con un terrón de azúcar. Los criollos, por su parte, tomaron de los alemanes la costumbre de comer semillas de girasol, tostadas en sus cocinas de leña y que nunca faltaba en sus bolsillos.
|