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Paladín de Almas de Lois Mcmaster Bujold
Todos somos, de cada uno, nuestras propias obras; presentamos nuestras almas a nuestros Dioses al final de nuestras vidas como un artesano presenta las obras de sus manos.
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Paladín de Almas de Lois Mcmaster Bujold
Todos somos, de cada uno, nuestras propias obras; presentamos nuestras almas a nuestros Dioses al final de nuestras vidas como un artesano presenta las obras de sus manos.
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Fragmentos de honor de Lois Mcmaster Bujold
Los actos verdaderamente imperdonables los cometen hombres tranquilos en preciosas habitaciones de seda verde; esos tratan con la muerte al por mayor, a toneladas, sin lujuria, si ansia, ni deseo, ni ninguna emoción redentora que los excuse, sólo el frío temor a algún supuesto futuro. Pero los crímenes que esperan impedir en ese futuro son imaginarios. Los que ellos comenten en el presente… ésos son reales.
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Ethan de Athos de Lois Mcmaster Bujold
¿Cuánto pasaría antes de que no hubiera suficiente material ovárico para satisfacer la creciente demanda… o incluso el mantenimiento de la población?
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Fronteras del infinito de Lois Mcmaster Bujold
Los hombres pueden mover montañas, pero las ideas mueven a los hombres. Se puede tocar la mente con el cuerpo… ¿qué sentido tendría todo esto si no? —Señaló el campo—. ¿Qué es sino tocar vuestras mentes a través de vuestros cuerpos? Pero ese poder fluye en dos direcciones y la que va hacia afuera es la más poderosa.
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El juego de los Vor de Lois Mcmaster Bujold
Los ancestrales miedos genéticos estaban tan sumamente arraigados, eran tan penetrantes incluso ahora… Uno podía morir a manos de gente que ni si quiera sabía muy bien por qué te odiaba, gente que sólo se dejaba llevar por la agitación colectiva que alimentaban unos en otros.
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En caída libre de Lois Mcmaster Bujold
Creo que todavía no ha comprendido la belleza de esta organización. No dimiten. No son empleados. Son equipo de capital. No se les paga dinero, aunque me gustaría que mi salario fuera igual a lo que GalacTech invierte en ellos cada año para mantenerlos.
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Ethan de Athos de Lois Mcmaster Bujold
Mujeres. Replicadores uterinos con piernas, como si dijéramos. No estaba seguro de si se suponía que eran incitadoras al pecado, o si el pecado era inherente a ellas, como el zumo a una naranja; o si transmitirían el pecado como si fuera un virus.
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Fronteras del infinito de Lois Mcmaster Bujold
Es una oportunidad para enviar un mensaje a los rincones más lejanos de nuestro propio distrito. Miles, serás mi voz, y llegarás adonde no hemos llegado antes. Harás justicia, la justicia del conde… y con mucho ruido si puedes.
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Barrayar de Lois Mcmaster Bujold
Cordelia se fue dando cuenta de lo peculiar que era el sistema gubernamental de Barrayar… Ellos lo hacían funcionar. Simular la existencia de un gobierno. Tal vez, en el fondo, todos los gobiernos eran ficciones consensuales.
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Fronteras del infinito de Lois Mcmaster Bujold
Los guerrilleros, según parecía, no hablaban con los mercenarios, ni los contrabandistas con los revolucionarios y los santos gnósticos, claro está, hablaban sólo con el único Dios Verdadero, y tal vez con el barón Fell.
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¿En qué año se publicó?