¡Malditas piruletas rojas! de Iris Romero Bermejo
No quiero estar contigo, quiero ser contigo; ser la persona que soy, no la que tú quieres que sea.
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¡Malditas piruletas rojas! de Iris Romero Bermejo
No quiero estar contigo, quiero ser contigo; ser la persona que soy, no la que tú quieres que sea.
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¡Malditas piruletas rojas! de Iris Romero Bermejo
Dicen que la vida es como montar en bicicleta: tienes que seguir pedaleando para no perder el equilibrio. El problema es que cuando estaba con Carlota vivía en una montaña rusa, a veces con la cabeza hacia abajo, otras de medio lado entre carcajadas, y a pesar de que el equilibrio es sano, tengo que reconocer que el vértigo es mucho más excitante.
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No quiero tus besos de Iris Romero Bermejo
Esperar que pase el tiempo... que por suerte, siempre pasa
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Hasta las princesas de hielo se derriten de Iris Romero Bermejo
Cada día estoy más convencido de que hay paredes que deberían tirarse, suelos que levantar, enterrar los escombros y plantar árboles para que una nueva vida, rodeada de energía positiva y blanca, limpie todo aquello que ha sido dañado por tanto tiempo.
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¡Malditas piruletas rojas! de Iris Romero Bermejo
En nuestra ruptura se hicieron añicos dos corazones, no solo el mío. Ayer lo vi casi en un parpadeo. Como cuando caminas por la misma calle durante meses y, de repente, te detienes ante un escaparate que siempre ha estado ahí, pero en el que nunca has reparado. Y cuando lo haces, te das cuenta de todas las cosas que te has perdido por andar mirando siempre tus propios zapatos.
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¡Malditas piruletas rojas! de Iris Romero Bermejo
Y que la pieza que te falta para estar completo y convertir tu existencia en algo extraordinario es justamente la persona equivocada.
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¿Con qué frase empieza esta novela?