Los Robles: La primera aventura de Jim Dyson. de Enrique de la Cruz
A Dyson no le gustaba recibir órdenes, así que se quedó mirando por el gran ventanal que daba a la avenida Lincoln. Se encendió un cigarrillo, aunque bien podría haberse limitado a aspirar el humo del ambiente. Quizás le pareció grosero no contribuir a la nube de humo comunitaria, habría sido como aprovecharse del trabajo de otros.
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