Cádiz de Benito Pérez Galdós
Los corazones, oprimidos por una autoridad insoportable, necesitan desfigurarse para que se les permita vivir.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
Los corazones, oprimidos por una autoridad insoportable, necesitan desfigurarse para que se les permita vivir.
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Cádiz de Benito Pérez Galdós
La vida consiste en mil mudanzas dolorosas, y el que confía en la perpetuidad de los sentimientos que le halagan, es como el iluso que viendo las nubes en el horizonte, las cree montañas, hasta que un rayo de luz las desfigura o un soplo de viento las desbarata.
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La desheredada de Benito Pérez Galdós
—(…)Según él, la mejor manera de acabar con los carlistas es dejarlos triunfar, traer a don Carlos a Madrid y plantarle en el Trono. En España, el primer paso para la ruina de una causa es su triunfo. El carlismo guerrero se sostiene. El carlismo establecido no podrá durar un mes.
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La desheredada de Benito Pérez Galdós
—¡Y el país, ese bendito monstruo con cabeza de barbarie y cola de ingratitud, no sabe apreciar nuestra abnegación, paga nuestros sacrificios con injurias, y se regocija de vernos humillados! Pero ya te arreglaré yo, país de monas. ¿Cómo te llamas? Te llamas Envidiópolis, la ciudad sin alturas; y como eres puro suelo, simpáticas con todo lo que cae…
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La desheredada de Benito Pérez Galdós
Dicen que la sociedad camina a pasos de gigante a igualarse toda, a la desaparición de las clases; dicen que esos tabiques que separan a la Humanidad en compartimentos, caen a golpes de martillo. Yo no lo creo. Siempre habrá clases. Por más que aseguren que esta igualdad se ha iniciado ya en el lenguaje y en el vestido, es decir, que todas las personas van hablando y vistiendo ya de la misma manera, a mí no me entra eso.
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La desheredada de Benito Pérez Galdós
—¿Qué son mamíferos? —preguntó Isidora, firme en su propósito de instruirse. —Mamíferos son coles. Vidita, no te me hagas sabia. El mayor encanto de la mujer es la ignorancia. Dime que el sol es una tinaja llena de lumbre; dime que el mundo es una plaza grande y te querré más. Cada disparate te hará subir un grado en el escalón de belleza. Sostén que tres y dos son ocho, y superarás a Venus. |
¿Quién escribió la saga?