Nadar en la oscuridad es sentirse libre por primera vez y no poder contárselo a nadie; es guardar uno de esos secretos que nos disparan las pulsaciones y que, con el paso del tiempo, nos arrastran hacia el fondo de un lago que un día nos pareció cristalino. La vida enturbia el amor. Nadar en la oscuridad es tener que tomar decisiones que nos alejarán de lo malo igual que de lo bueno. Permanecer, huir; renunciar a lo que ahora te hace feliz para invertir en una felicidad más duradera, a largo plazo, sin mentiras. Nadar en la oscuridad es regresar a los lugares en los que fuiste tú mismo y descubrir que para otros no significó nada. O que sí lo hizo, aunque eso mismo no sea significativo. Nadar en la oscuridad es una historia de amor que se extingue antes incluso de empezar a arder y cuyas brasas permanecerán enterradas en los márgenes de una frontera. |