El príncipe de los prodigios puede ser una segunda parte de trilogía que no me ha entusiasmado tanto como la primera a raíz de los cambios bruscos que se producen en torno a la ambientación y el transcurso de la historia, pero la pluma de Victoria y su protagonista, Helena, hacen que este libro se lea de una forma amena, con un punto misterioso que será lo que más te tenga pegado a sus páginas.
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