Repetir con Marité, a quien agradezco el envío de un ejemplar digital de su obra, es, ya, por puro placer. El cariño y cuidado que pone eligiendo las palabras que más y mejor reflejan aquello que se quiere contar, son fruto de sus musas, pero también, de su esfuerzo. Pandora es su nueva colección de microrrelatos y pinturas donde incorpora a doña poesía, como invitada de lujo. Dividida en cuatro partes, que son, los cuatro elementos de la naturaleza, esta antología destaca sobre la anterior en su orden y constr. Fuego, aire, tierra y agua actúan como nexo de unión de unas composiciones hechas desde el desenfado, aun cuando toca hablar de dolor. Marité tiene un sello propio y original, que no se parece a nadie más. En sus ficciones y realidades es su esencia lo primero que se intuye. Abre fuego (nunca mejor dicho) con un vampiro muy particular para enlazar con dragones, princesas y una mujer con un bikini rojo. Los relatos de la autora son una vuelta de tuerca o una visión diferente de historias y personajes que se encuentran fácilmente en la madre literatura. Entre los muchos ejemplos, mi preferido es su versión de Eva, la manzana, la tentadora serpiente y su jardín del Edén. En cuanto a sus poemas, no por sencillos, carecen de intensidad. al contrario, a mí siempre me ha parecido más difícil crear belleza con las palabras cotidianas. La pinturas que ilustran la obra también siguen su particular trazo. A Marité se le reconoce, sin la necesidad de firmar los lienzos donde refleja su creatividad. De Confeti (su anterior antología) a Pandora hay un salto evolutivo necesario. La nueva colección parece hecha a leña, como el buen pan. También en esta ocasión nos ofrece un libro bilingüe, en castellano y en inglés, para disfrutarlo a ratitos o a ratazos, pero en esos preciosos momentos donde te invade la calma. Pandora es, en definitiva, una excusa perfecta para adentrarte en un universo que conoces, pero hecho y narrado de forma distinta. + Leer más |