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¿Qué ocurre cuando la relación entre una madre y una hija navega entre el amor y el rechazo? ¿Qué sucede cuando quien tenía que haberte cuidado ahora requiere el tuyo? ¿Qué pasa cuando la enfermedad ha comenzado a borrar un pasado que sustenta el mundo emocional presente? Pues que surge una historia intensa y compleja, como lo son las emociones y las heridas de infancia. Narrada desde un único punto de vista, pero que logra dar suficientes respuestas, porque cuando hablamos de sentimientos no se pueden tener todas. Una hija que ayuda a su madre a no olvidar, a no perderse a sí misma, mientras inicia un proceso catárquico con el que poder sanar. A veces echar un ojo al pasado nos ayuda a entender y a entendernos. Es la primera vez que leo a Donatella pero me ha fascinado su forma tan bella de escribir. Su capacidad para mostrarnos aquello que cuesta ver a simple vista y que suele ir directo a centro del pecho. Una lectura costumbrista que nos habla también de la Italia rural de una madre nacida en el 42 y que nos viene a recordar que a veces somos víctima de nuestras circunstancias, de nuestra educación, de nuestro entorno… En definitiva, una novela que sin caer en sentimentalismos sabe tocar fibras sensibles y reflejar perfectamente la complejidad de los vínculos, incluso los que “supuestamente” más fuertes. |
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