No soy Lizzy Bennet

No soy Lizzy Bennet nos narra la historia de Elizabeth (Lizzy), una mujer perseguida por la policía como resultado de haber cometido un acto horrible. Ella hace lo que sea con tal de zafarse de los agentes de la ley, dando comienzo al salseo sabroso que me mantuvo pegada a sus páginas durante dos días.

A decir verdad, es una novela súper entretenida, de lectura sencilla y amena que te hará pasar un rato agradable a lo largo del día. También tiene su toque dramático y creo que el autor es muy bueno retratando las escenas claves y los sentimientos que ayudaron a que los personajes se sintieran cercanos.

De los personajes puedo decir que me gustaron, desde la intrépida Lizzy, que no tiene otra cosa en la mente que huir (sobre todo alejarse de John), hasta Ana, una mujer entrañable, o Giacomo, un anciano adorable y John un hombre precioso en todo el sentido de la palabra.

Algo destacable de la historia son los capítulos, narrados desde varios puntos de vista, lo que de alguna forma ayudó a conocer un poco más a cada personaje, pero cuando llegaba a ciertos capítulos sentí que de alguna forma ralentizaba la trama y se me hicieron cuesta arriba.
Terminé la historia en dos días porque tiene su punto de enganche. Lo que más me sorprendió y de hecho me gustó, es cómo se desarrolla la relación entre John y Lizzy, el autor se toma su tiempo en formar a la pareja mientras le presta la mayor atención a lo que acontece alrededor de los protagonistas y eso, para mí, es un plus importante dado que el género romántico está tan plagado de sexo gratuito y sin lógica. En esta historia eso no ocurre pero sí ocurre una tensión sexual notoria que disfruté bastante.

Y si, se menciona varias veces la referencia de la Lizzy Bennet de Jane Austen pero para mí me fue indiferente por mucho que la protagonista lo mencionara una y otra vez.

En conclusión; No soy Lizzy Bennet es una novela fresca, que entretiene y que su final dependerá de qué tanto crees en la magia de la vida, del amor.