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La segunda entrega de Montañeros, de J. de la Rosa, me ha gustado más que su predecesora porque —como es lógico en las series—, ya no es necesaria la introducción de los personajes y parte de la trama, con lo que el autor puede jugar con mayor libertad con los protagonistas y atraparnos más en la historia. Además, Carlisle y Elizabeth son la mar de interesantes, conocemos más cosas sobre todos los Mountain en general, hay más intriga porque los primos creen divisar una misteriosa figura en los bosques… Vamos, que esta familia de bravos montañeros no tiene un minuto de respiro. Aparte de la forma de escribir del autor y de que, poco a poco, nos desvela elementos sobre la personalidad de sus personajes, sus vidas y las de sus vecinos, me gustaría destacar la portada de Alexia Jorques porque es una preciosidad. Sus diseños me encantan, pero —en mi modesta opinión— esta vez se ha superado a sí misma ya que ha clavado la esencia de Carlisle y de la novela, contribuyendo a completarla de un modo soberbio. |
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