—Hueles bien —su primo le guiñó un ojo—, ten cuidado con las avispas.
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—Hueles bien —su primo le guiñó un ojo—, ten cuidado con las avispas.
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Porque lo amaba.Como antes.Como siempre.
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—(…) No fuiste solo un rollo de adolescentes. Fuiste el amor de mi vida. Al fin lo había dicho. Después de tantos años lo había dicho. |
al fin y al cabo, las grandes cosas estaban hechas de pequeños recuerdos.
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—No voy a volver a confiar en ti —le dijo con la voz fría de una matrona romana—. No voy a volver a estar contigo. No voy a volver a dejar que me hagas daño. Y no quiero volver a verte. Sin más cerró la puerta, como si no acabara de arrancarle el corazón a un hombre que aún la amaba. |
Carlisle no pudo evitar pensar en lo hermosa que era. En cómo reaccionaba su piel cuando la tenía cerca, y su sangre dentro de sus venas, y aquella cosa a la que no había puesto nombre y que se movía arriba y abajo en su estómago cuando ella aparecía como esa mañana.
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La posición adelantada de Elizabeth permitió que él pudiera observarla sin ser visto. Siempre había sido una chica guapa. Ahora era una mujer hermosa. Una hermosa desconocida de la que una vez estuvo enamorado.
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Gregorio Samsa es un ...