Montañeros, una cuestión de fuerza

Entramos en la segunda novela de la serie Montañeros. En esta ocasión el protagonista será el comedido Carlisle, que enamorado desde siempre de la bella Elizabeth hará lo que sea para volver a conquistar su corazón. Y alguien dijo que estos montañeros eran rudos y hoscos…

Continuamos con la vida de estos rudos montañeros, que desde que Julie llegó a sus vidas, cada vez son menos rudos.

En este libro, Carlisle es el objetivo de Cupido. Y es que él ya está enamorado de Elizabeth, que vuelve al pueblo por trabajo y venganza.

Elizabeth es una joven abogada que trabaja para el bufete al que tío Rhett contrató para echar abajo la investigación de Julia. Así que, cuando Elizabeth descubre que tiene que volver a la montaña decide aprovechar el viaje y destrozar a los Mountain, sobre todo a Carlisle.

Cuando eran adolescentes fueron novios, pero por algún motivo lo dejaron. Ahora, varios años después se reencuentran en las montañas en las que vivieron sus mejores momentos.

Pero Elizabeth todavía está muy dolida y quiere aprovechar el desconocimiento de los demás para jugar con ventaja y destrozar a los Mountain. Pero en algún momento sus pautas de desdibujan y ya no tiene muy claro y todavía odia a Carlisle o vuelve a amarlo con todo su corazón.

Además de esta trama principal, veremos la evolución en la relación de Julie y Jedidiah y habrá más de una sorpresa que se verá desarrollada en el siguiente libro de los montañeros. Contaremos con la presencia de los vecinos más importantes del pueblo y con algún secreto que se esconde en la familia.

En esta novela el tiempo vuelve a ser muy importante, pues en una semana ya queda todo más que arreglado y en mucho ayuda el maravilloso paisaje de la montaña en primavera.

Es una novela sencilla, ligera, entretenida y que engancha bastante. Y es que leerte una novela en una tarde es todo un gustazo.
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