Solo Zweig es capaz de escribir una historia con esta profundidad y emotividad con tan pocas palabras, nunca dejará de sorprenderme. Nos cuenta la historia de un hombre, amante de los libros, que su vida se viene abajo gracias a la guerra, esta historia más allá de Mendel el de los libros, Zweig nos presenta un retrato de los horrores de la guerra, de lo que le puede hacer a personas inocentes y que además toca a personas tan ordinarias como extraordinarias. También nos deja una reflexión sobre el valor de recordar a esas personas que se cruzan en nuestras vidas y que hacen de ella algo especial, esas personas que de extraordinarias pasan por ordinarias pero que marcan la vida de muchas personas. Me quedo con esta frase del último párrafo: “Los libros solo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido”. Como siempre una delicia leer a este autor. |