Pues aquí vamos con el segundo libro de la trilogía de Jorge Zaragoza Gómez. al ser una trilogía más o menos seguimos con los mismos personajes. Clara Sánchez tras el caso que llevó en Alicante y del que no salió muy bien parada por las circunstancias, tras todo lo ocurrido durante la investigación, que al final le costó el puesto de inspectora, decide permanecer ajena a todo lo que pase en Alicante y gracias a su amigo Cornelius quien le ha dejado su casa de Zermatt en Suiza, un lugar muy turístico donde la gente disfruta esquiando. Por otro lado en Alicante el inspector Santi Blanes junto con Urrutia se tienen que personificar en una playa donde unos chicos pescando han encontrado el cadáver de un joven. Aunque está inmerso en la nueva investigación, Santi sigue pensando en Clara y sobre todo en lo último que le contó en el paseo marítimo. Estos pensamientos nos volverán a la trama de la primera entrega, donde dejamos muchos cabos abiertos y muchas dudas por resolver. Por lo que iremos viendo durante la trayectoria del libro no todo es tan sencillo e iremos viendo que es algo que lleva en marcha desde los años ochenta, una planificación y organización muy enrevesada y bien orquestada por ciertas personas. Entrará en juego un personaje que se llama Vijay, quien será el motivo por el que Clara tenga que volver a Alicante bajo la protección de Cornelius y su pareja, quien para sorpresa de Clara has ido tirando de hilos gracias a los contactos de cada uno para saber qué o quién está moviendo los hilos en toda esta trama. Por otro lado el inspector Santi se ve envuelto en la trama por hacer preguntas que no debería, esto hace que las cosas se tuercen aún más y queda suspendido de su trabajo a la espera de una investigación por asuntos internos. Santi viendo que nada encaja en los acontecimientos decide tomar el toro por los cuernos y seguir por su cuenta con la investigación. Y con la miel en los labios terminamos la segunda entrega. Con ganas de seguir con la tercera para ver el final de todo. + Leer más |