Es una novela que te va dejando una sensación extraña cuando te adentras en ella. Tiene un comienzo potente -me recordó a "Atrapa a la liebre", de Lana Bastasic-. Dos amigas improbables que se encuentran tras años de separación, luego se sabe que han estado en la cárcel y en el reformatorio por el asesinato de un indígena sin hogar en compañía de otro chico que muere esa misma noche. La primera parte -Huesos- de las tres en que esta articulada la novela se lee con interés, pero la segunda y la tercera -Dientes y Ojos- son más tediosas y difíciles de seguir. Supongo que la autora quería ponernos en la piel de los culpables, de cómo se reintegran a la sociedad, pero todo queda muy desbibujado y tiene, para mi gusto, un desarrollo final confuso y algo apresurado. La edición es preciosa, la portada tiene sentido en la primera parte de la historia-. |