Mi libro madre, mi libro monstruo

Escribir los recuerdos en un libro, como para poder liberarme de ellos. De estos trece años. Como una ofrenda, un sacrificio. Enterrarlos. Escribir no tanto como una forma de recordar sino de olvidar. O, si no de olvidar, como un intento de dejar atrás.

Escribir es mi manera de repararme, remendando mis anteriores yoes, mis frases. Cuando soy lo bastante valiente no soy nunca lo bastante valiente, desenredo el tapiz de mi vida, mi infancia.

La fotografía post mortem como parte del proceso de duelo y de conmemoración.

Y cómo esta cosa se ha dilatado y contraído a lo largo de los años; mi libro madre, mi libro monstruo.

Qué significa escribir lo que no está. Escribir la ausencia.

¿Cómo prevenir el sentimiento que acompaña a un profundo duelo, registrarlo por escrito?

Si escribir es un modo de coleccionar, incluso de acumular recuerdos, ¿Qué quiere decir entonces renegar de ellos al mismo tiempo?

LA MADRE es nuestro lugar de origen. Y cuando desaparece nos quedamos sin hogar. Buscamos otras figuras maternas a las que seguir, como una Rut huérfana deambulando por tierras extrañas para encontrar una madre.