Poeta chileno

Si hay algo que me gusta de Alejandro Zambra es que sabe llegar al alma, transformando una cosa simple en algo hermoso. Puede, por ejemplo, transformar una palabra " fea", como " padrastro" y volverla hermosa. Puede hacer que florezca y se transforme en un nexo maravilloso que nace del amor, que genera fuertes lazos que perduran en el tiempo, aunque muchas veces no sean reconocidos.

En " Poeta chileno", lo sentí íntimo, personal y sobre todo cercano. Y hasta me hizo reír porque tiene una cuota justa de humor. Para mí, fue un paseo por mi Chile y su sociedad, con sus prejuicios, defectos y virtudes. Un paseo lleno de modismos, costumbres y lugares que conozco y que también yo he vivido. Pero por sobre todo, me gustó ver como el autor habla de poesía reconociendo el trabajo de todos esos poetas que viven en mi país. Los que son olvidados y arrojados en el último rincón de las librerías.

Definitivamente me encantó. Un verdadero homenaje a la literatura y a los vaivenes que nos entrega la vida.