Literatura infantil

Literatura infantil es la sexta novela del autor y me ha gustado medianamente. Encontré que la escritura es buena, pulcra y no está tan ahogada en coloquialismos chilenos que no engrandecen la lengua castellana. El libro tiene dos partes y 14 relatos en torno a la infancia y a la paternidad. Un ejemplo de literatura « ombliguista » o llamada « literatura del yo« , tan sobreabundante en Francia.

Los textos conllevan calidez humana, especialmente aquellos que se refieren a su hijo (llamado Silvestre, que no le ponga Titi al segundo…); bonito descubrimiento de la paternidad pasados los 40 y un tratado de buena educación y dedicación de calidad al niño. Un padre de película este Zambra, con resultados notorios en Silvestre que se revela muy conspicuo con el pasar del tiempo.

Pero este tipo de literatura está muy manida y podría citar varios libros alrededor del tema. Zambra le pone su color personal y eso lo salva un poco del montón.

Otro punto que sobresale en el libro es el lado metaliterario, con permanentes referencias a lecturas y autores, un poco a la manera del chico Bolaño que salía francamente del montón entre los escritores chilenos, probablemente porque leía muchísimo y citaba a granel.


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