Yo soy Malala

Todos hemos oído hablar de Malala y conocemos su historia en mayor o menor medida: la niña de un remoto valle en el norte de Pakistán que alzó su voz y se enfrentó a los talibanes para poder ir a la escuela, la niña a la que le dispararon en la cabeza por ello, la niña que defendió el derecho a la educación de las mujeres en las Naciones Unidas, la niña que ganó el Premio Nobel de la Paz con tan sólo 16 años... esa niña que ya es una mujer y que desde el exilio sigue luchando por el acceso universal a la educación.

En este libro Malala nos cuenta todo eso, pero también nos habla de su familia, de su país. La historia de su familia, como cualquier otra, queda ligada a la historia del país, así, Malala nos habla de la situación social, política y religiosa de Pakistán, de la llegada del régimen talibán o de las consecuencias de su extremismo en la población: "Los talibanes primero se llevaron nuestra música, después nuestros Budas, después nuestra historia".

Pero sobre todo, nos relata la situación de las mujeres en Pakistán, y como la lucha por su educación se convirtió en el día a día de su familia, una familia normal que se enfrentó a los talibanes. Por ello tengo que destacar al padre de Malala, un hombre que no solo creía que la escolarización debía ser un derecho básico para todos sino que siempre alentó a su hija a leer e ir al colegio en una sociedad que da privilegio a los hijos varones: "Yo protegeré tu libertad, Malala. Sigue tus sueños".

Así, a parte de lo dicho anteriormente, destaco la lectura por dos aspectos contretos: el análisis de la historia Pakistán me ha resultado muy interesante y la historia de una niña comprometida con sus principios desde bien pequeña. La historia de una niña que nos hace creer en como "el poder de la voz de una persona puede cambiar el mundo.” Impresionante, imprescindible.

Me quedo con esta frase de Ban Ki-moon:

“Los extremistas han demostrado qué es lo que más temen: a una niña con un libro.”

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