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Este libro empieza con Nora aburrida con su vida, me suena tan familiar. Me siento identificada con su pensamiento de "si me mudo mi vida va a cambiar", pero Nora con el tiempo se da cuenta de que el lugar no hace a la vida que uno tiene, sino el concepto de uno mismo que cada uno tiene. Nuestra protagonista se muda, se casa y descubre que su vida es similar a la realidad que dejó en su pueblo natal. Pero la parte emocionante empieza cuando con un suceso drástico ocurre y ella tiene que reacomodar completamente su vida. La aparición de Aidan me resultó adictiva, necesitaba seguir leyendo sobre el, y necesitaba que la relación siga avanzando. El final me dejó profundamente satisfecha. Lo que resalto es la delicadeza con la que la autora describe las escenas de adultos, me parecieron muy provocadoras pero redactadas con el toque justo sin caer en la vulgaridad. Una de mis lecturas preferidas del 2019 |
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