Alas de hierro

En cada nueva serie de libros, siempre está la temida segunda entrega: el libro en el que una serie puede fallar o pasar a ser una serie exitosa. Desafortunadamente, “Alas de Hierro”, el segundo libro de la serie Empyrean, no logra encontrar su equilibrio. Soy de ese grupo de personas que no ha conectado con la novela.

Nos lleva al viaje de Violet y su nuevo propósito mientras intenta sobrevivir en Basgiath, lo que resulta en un viaje lleno de obstáculos tanto para Violet como para mi.

Uno de las grandes piedras en este camino es la estructura en dos partes, la primera cuenta su segundo año en la escuela de guerra, y la segunda sigue las consecuencias cuando decide dejar dicha escuela. Me atasqué en la primera parte y tuve que dejar de lado el libro un tiempo&#xNaNAl final, debido a su extensión y la diferencia de trama en cada parte, terminé leyéndolo como dos libros diferentes. La estructura del libro también parece un bucle sin fin. Decisión tras decisión la lleva fuera de Basgiath y de regreso otra vez.

También me falla la falta de tiempo en escena de Xaden. al principio del libro es asignado a Samara y por esto solo aparece una vez cada pocos capítulos y su presencia se extraña mucho. Y la relación de ambos es una constante falta de comunicación, la mayoría de sus conversaciones suenan repetitivas, discutiendo sobre cómo mantenerse en la oscuridad. Su relación hace que el libro sea monótono, ya que los dos se convierten en un disco rayado. Las subtramas son también poco interesantes, incluso con nuevas incorporaciones y nuevos viajes interesantes.

Sin embargo, no todo es malo, sigue estando ese tono de humor con las constantes bromas entre los cadetes del Ala y las ingeniosas frases de Violet. La vision de las batallas muestra cómo los todos los personajes pierden la inocencia pero no el espíritu que siempre han demostrado.

En general, “Alas de Hierro” es un claro ejemplo de cómo las segundas partes no siempre son buenas. Pero incluso en sus puntos más bajos, la pluma de Yarros brilla.