Alas de hierro

Alas de hierro, la continuación de la saga Empíreo y el libro siguiente a Alas de sangre ha seguido la estela de que las segundas partes no superan a la primera. Alas de sangre em gustó mucho más. No iba con ninguna expectativa porque no quería que ese fuera el motivo por el que pudiera desencantarme.
Basta decir que la pluma de la autora me sigue gustando y el world building creado también, si bien ha habido otros aspectos que han flaqueado, especialmente, la intensidad.
La intensidad de esta parte es mucho menos a la de Alas de sangre y, por tanto, he notado el decrecimiento. Es cierto que el libro sigue gozando de cierta intensidad y suceden muchas cosas pero, creo, que los hachos que acontecen no dotan a al trama de la misma intensidad ni incitan a leer con la misma voracidad que en el primer tomo.
He tenido una sensación similar con los nuevos personajes que aparecen, especialmente, con Sloan y Aaric. La introducción de ambos personajes en la historia me parece muy buena y adecuada, es la moneda que gira y sitúa al protagonista en una posición distinta a aquella en la que la conocimos. Si bien es cierto que se destaca y profundiza más en el personajes y la intrahistoria de Sloan, a mi parecer el personaje de Aaric podría tener mucha más relevancia y, puede, que la tenga en los siguientes tomos.
También es interesante el papel de Brennan en la historia, y las emociones y actitudes descritas en los respectivos reencuentros familiares que, ante todo, no pasan inadvertidos para el lector y eso sí que lo considero un acierto total.
No sabría explicar el por qué pero las partes de acción, como el final, tampoco me han resultado tan excitantes e icónicas como me sucedió en el primer libro y, por algún extraño motivo, el final es un poco más predecible que el de Alas de sangre.
A pesar de todas las críticas el libro me ha gustado y es una saga que tengo ganas de seguir leyendo pero creo que el primer libro reunía muchísimos requisitos positivos y no todos han vuelto a reunirse en la segunda parte.
Por último, y también a diferencia de Alas de sangre, en este caso las escenas románticas y eróticas se me han hecho más pesadas, insustanciales y burdas. Carecían de la profundidad que ostentan en el primer libro.
Sin duda, el mejor personaje vuelve a ser Andarna y esa fase Avril Lavinge en la que se encuentra. Y me encantaría tener una amiga como Rhi.