No he conseguido entender qué me ha querido contar la autora con esta historia. Bueno, historias, porque las tres partes en las que se divide el libro son independientes. Y claro, si no entiendo lo que me quieren contar pues difícilmente voy a disfrutar del libro. Las dos primeras partes para mí fueron aburridas, con unas personajes insulsos que me desesperaban porque no espabilaban, y con unos conflictos que me son totalmente indiferentes. La tercera parte empezó mejor, una distopía más pura con algún personaje interesante del que quería saber más y que se ganó mi simpatía y con misterios por resolver. Pero hacia la mitad empezó a dar vueltas y a divagar y se me desinfló parte del interés. Os he dicho que las tres partes son independientes, aunque la autora esconde algunas relaciones entre ellas. Lo que pasa es que no son el tipo de interrelaciones que me hubiese gustado encontrarme, y me he pasado toda la historia buscando algo que no he encontrado. Mi detective interior ha sufrido mucho con esto, os lo aseguro. Y para rematarla, las tres partes tienen finales abiertos, ¡las tres! Y yo lo siento mucho pero a mí me explicas las cosas y después de leerme novecientas páginas me dices si alguien ha llegado al paraíso o no, leñe. El año pasado me leí Tan poca vida, que fue una de mis mejores lecturas del año, por eso me cuesta comprender cómo una autora ha escrito dos libros que me han generado sensaciones tan opuestas. En fin, para gustos libros. |