“Universalmente se reconoce a la familia de la que descendía nuestro biografiado como una de las de más rancia estirpe”. Fue abrir el libro, encontrarme con ese inicio y saber que iba a disfrutar de la historia. Así empezó, y siguió con un par de teorías del porqué los Spaniel se llaman Spaniel, comparaciones entre personas y perros, críticas al machismo y más...(y Flush todavía no había conocido a su humana). Su humana es Elizabeth Barrett, una poetisa, (de la que no leí nada) que tenía problemas de salud y por eso pasaba la mayor parte del tiempo confinada en su habitación. Ellos se mimetizan y comparten sus días hasta que aparece un tercero en discordia y "se rompe la cadena del amor". Spoiler alert: *Flush se termina resignando*. Como toda biografía, esta tiene notas al pie que me encantaron y, así y todo, lo que más me gustó no fue que el protagonista sea el perro, que en su momento pudo haber sido novedoso, pero ahora ya no lo es tanto; Si no cómo Virginia Woolf describe sensaciones, situaciones y lugares a través del sentido del olfato. Es para leer, releer y aprender. La historia es corta y de repente alguien puede sentir que el final es un poco precipitado, pero yo agradezco que esté resuelto en pocas líneas y no sea lacrimógeno (no estoy de humor para eso). Es una historia con amor, humor, viajes, críticas sociales, un poco de acción, emoción y me encantó. |