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Dejando a un lado el absurdo título de la edición española, este ensayo sobre el significado del gusto musical es un trabajo muy interesante que trata sobre el esnobismo cultural, los complejos de superioridad estética y el papel de la música pop.Aunque está escrito en un tono ameno y pretende utilizar un lenguaje asequible realmente nos encontramos con un tratado bastante sesudo sobre los orígenes de la música popular (de ahí viene lo que después se llamó pop) y sobre las diferentes teorías filosóficas y sociales de la formación del gusto, la influencia de la clase social, cultural y las pretensiones de cada grupo humano a la hora de decantarse por una "postura" estética. Porque este tratado es sobre todo un "mea culpa" entonado por el autor , un crítico musical y sociólogo, por años de desprecio de la música popular, en aras de hacerse distinguir por encima de la media como alguien "cool". Algo que nos ha pasado a muchas personas, aunque no seamos críticos.Va sobre la tendencia a despreciar o a burlarse de las personas a las que le gustan cosas que nosotros detestamos. El libro va sobre música, pero es aplicable a los libros y a muchas otras cosas. O es que nadie se ha burlado alguna vez de los fans de 50 sombras de Grey o similares?La finalidad del libro es clara, todos tenemos derecho a tener gustos y preferencias, por supuesto, todos podemos decidir lo que es bueno o es malo y excluir lo que no nos gusta...para nosotros, pero respetando los gustos ajenos.En el mundo de la cultura popular todo tiene su público y todo tiene su fin y la búsqueda de la distinción a veces se traduce en un "postureo" por tratar de mostrarse diferente a los demás. Porque , por supuesto, siempre son los demás los que tienen mal gusto.Para ilustrar esto el autor hace girar el libro en el análisis de la carrera de una cantante en particular, Celine Dion, a la que el autor ha despreciado musicalmente toda su vida, y más en concreto en su disco Let's talk about love (mas de 20 millones de copias vendidas) que contiene la que se considera una de las canciones más odiadas de la historia (a la vez que adorada por al menos esos 20 millones de personas): My heart will go on, la de Titanic, canción que le produce verdaderos sarpullidos estéticos.Al final llega a la conclusión lógica de que Celine Dion es una profesional de la música con más de 30 años de carrera, millones de discos vendidos y que se merece un respeto, por que la gente que la sigue disfruta con su música, aunque él (y yo también) no sea capaz de escuchar dos canciones seguidas sin bostezar.Como punto negativo diré que las referencias que utiliza continuamente el libro son 100% norteamericanas y eso hace que la lectura sea un poco difícil para el que no esté totalmente integrado en la historia musical americana.
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