Seis reyes gobernaron en las grandes salas de Hayholt; seis señores caminaron por entre sus poderosos muros de piedra; seis túmulos en los acantilados por encima del profundo Kynslagh; seis reyes allí dormiran hasta el Día del Juicio Final. Fingil, el primero, llamado el Rey Sanguinario, que voló desde el norte en una roja ala de guerra. Hjeldin, su hijo, el horroroso Rey Loco, saltó hacia su muerte desde lo alto del chapitel. Ikferdig, el siguiente, el Rey Quemado, encontró al dragón llameante en la oscuridad de la noche. Tres reyes norteños, todos muertos y fríos. No más leyes del norte en el altivo Hayholt. El rey Sulis de Heron, llamado el Rey Garza, dejó Nabban, pero en Hayholt encontró su destino. El sagrado rey hernystiro, el viejo Tethtain, que entró por la puerta para no volver a salir. Y el último, Eahlstan, el Rey Pescador, de ciencias muy conocedor, al dragón despertó, y en Hayholt murió... |