El retrato de Dorian Gray

La novela comienza con Basil Hallward pintando un retrato de su amigo Dorian Gray mientras conversa con su otro amigo, Henry Wotton. No pasa mucho tiempo hasta que Dorian conoce a Henry y queda fascinado por su filosofía del hedonismo. Este último invita a Dorian a disfrutar de su juventud y belleza mientras pueda a través de placeres banales. Así, Dorian comienza a llevar una vida desenfrenada y de dudosa moralidad ética, que le llevará a hacer un trato con el diablo sin ni siquiera darse cuenta. Cuando el retrato de Basil está terminado, Dorian expresa que vendería su alma con tal de permanecer joven y bello para siempre. Los entes malignos parecen escucharle, y todas sus deplorables acciones, vicios y malos actos empezaran a verse reflejadas en su retrato, mientras que él conserva siempre la misma juventud ideal.

Con esta novela, Wilde pretendía hacer una crítica social y exponer su visión de la realidad. Los tres personajes principales representan un tipo de persona típico de la época: Henry es un hedonista persuasivo con un alma corrupta. No le gustan las convenciones sociales y tiene ideas revolucionarias que alteran todos los códigos morales de la época. Basil es el típico artista obsesionado con su obra. A menudo idealiza a Dorian, lo adora y hasta se podría decir que lo venera como a un dios perfecto. Por último, Dorian es al principio un joven alegre e inocente hasta que Henry llega a su vida para convertirlo en una persona perversa. Todos ellos pertenecen a la alta sociedad inglesa, lo que se refleja en su vocabulario y manera de hablar.

Acerca de los tópicos que se tratan en la novela, cabe destacar el tema de la belleza como medio para causar buena impresión en la gente, el cual es un tema recurrente aún en nuestra época. Sin embargo, y como vemos en el libro, lo bello no siempre es bueno, y las apariencias pueden engañar. Además, el relato critica el narcisismo, la hipocresía de las clases altas en la época victoriana, la vanidad y las malas obsesiones.

Como única pega, diré que la acción se me ha hecho lenta a ratos, sobre todo la parte de romance con Sybil Vane y las reuniones aristocráticas que tienen lugar al principio del libro. No es hasta que el cuadro empieza a cambiar por primera vez que la narración me llegó a enganchar de verdad.

El clásico de El retrato de Dorian Gray es una lectura entretenida y reflexiva con personajes de personalidades muy definidas que logran que nos encariñemos con ellos. Aunque la historia avance lentamente en algunos puntos, vale la pena leer la historia completa hasta llegar hasta ese impresionante final.