El retrato de Dorian Gray

Hacía mucho tiempo que tenía pendiente este famoso clásico y qué bien que por fin me he animado, porque me ha gustado mucho.

Seguramente conoceréis la historia o como mínimo os suene el argumento. Dorian Gray es un joven de gran belleza, es por eso que es admirado y casi idolatrado por un artista pintor, que lo convierte prácticamente en su musa y fuente de inspiración. Consigue crear su obra maestra con un retrato perfecto de Dorian y se lo regala al chico como muestra de su cariño hacia él. Pero pronto, influenciado por las ideas Lord Henry, un amigo en común, comienza a obsesionarse con su propio atractivo y juventud y se ofusca con la idea de no querer envejecer ni que su físico se vaya deteriorando. Ojalá fuera el retrato quien sufriese huellas del paso del tiempo y de sus acciones. Y es justo eso lo que pasa. A lo largo de los años Dorian no cambia de aspecto, sigue igual que cuando era un chico, solo él puede ver en secreto los efectos que sus malas acciones provocan en el cuadro. Y también nosotros, que asistimos al declive moral y personal de este inolvidable personaje.

Me ha encantado. Creo que el tema que trata y la manera en que lo plantea es súper original. Está muy bien escrito, tiene un montón de reflexiones de lo más interesantes, pero en ningún momento se hace pesado o aburrido, al contrario, te mantiene en vilo durante toda la novela con varios giros inesperados y un final impresionante. Además me parece increíble lo tremendamente actual que sigue siendo después de más de 130 años (!), creo que es de esos libros que hay que leer al menos una vez en la vida y de los que dan para una buena relectura, porque aquí hay mucho mucho para sacar.