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Este libro ha sido para mí como un soplo de aire fresco, ese libro que llega a ti en el momento justo, cuando no te sientes bien al 100% y te hace volar y desconectar de tal manera, que a veces no se encuentra palabras para ello. Concurren diversas situaciones que ocurren a día de hoy, y las trata con mucha naturalidad y delicadeza, y que para nada son fáciles sino todo lo contrario. Aceptar el hecho que nos ocurre, dejarlo ir y seguir adelante sin guardar os esos secretos años tras años, como al final acaba ocurriendo con los personajes de esta historia. Por ello al final la superación de esas dificultades los hace más fuertes y valientes, dispuestos a realmente buscar su felicidad. Quizás así expresado suena como castillos en el aire, pero realmente no quiero desvelar partes de la historia, que es mejor descubráis por vosotros mismos. La pluma de la autora es tan fresca y liviana, y sus descripciones literalmente te trasladan al lugar, sentí como si realmente estuviera en la campiña francesa, en esos campos de lavanda y campos de vid y que decir del pueblo en el que viven Camille y su hija Julie, tan singular y esas playas que describen, te hacen añorar estar por unos días perdida allí. |
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