La niña de ninguna parte

Todo el mundo muestra más de una versión sobre sí mismo, el problema viene cuando esas versiones ocultan un pasado oscuro y atroz, e influyen en tu familia y tu círculo más cercano. Eso es lo que le ha sucedido a Kim, o a Samy Went.

La novela mantiene la tensión entre el pasado y el presente constantemente. El autor sabe jugar muy bien con los tiempos y consigue mantener al lector pegado a la trama y a su evolución. El incio es algo lento, pero introductorio. Casi a la mitad coge carrerilla.

El tema no es novedoso, el secuestro de una niña, pero si la forma en enfocarlo del autor. No solo se busca resolver el caso, sino que profundiza en varios temas como el papel de la religión en comunidades pequeñas, la fe en la familia, la búsqueda de la identidad y los traumas de la memoria.

Decidí leer este libro porque “La esposa y la viuda” me ha parecido espectacular, y aunque este me ha gustado y he estado bastante entretenida, el último del autor me ha sorprendido más.

De ágil lectura y que cumple su cometido con una nota muy aceptable. Para ser el primer libro del autor es todo un acierto.