La escalera de caracol

Helen es una chica joven que trabaja en La Cúspide, la mansión de la familia Warren, alejada de toda civilización.
Durante los últimos meses varias jóvenes han sido asesinadas y el miedo en la mansión comienza a sentirse ya que el asesino anda muy cerca.
La trama sucede tan solo en una noche, algo que personalmente me encanta, porque muestra lo increíble que es que una historia se desarrolle tan bien en tan poco tiempo.
Los habitantes de la mansión se encierran voluntariamente, cerrando ventanas, puertas y cualquier acceso por el que el asesino pueda entrar y se prohíbe que cualquier persona abandone el lugar por precaución. Por diversos asuntos cada vez van quedando menos personas en la casa y será Helen la que se enfrente y finalmente descubra qué es lo que está pasando.
Tengo que decir que me ha encantado. Desde el principio sientes esa atmósfera inquietante que rodea a la historia. La ambientación es increíble, esa mansión apartada de todo parece un personaje más, con sus pasillos, ruidos y escondites, acompañada por el tiempo que hace fuera de la casa. Sientes en todo momento el movimiento de los árboles, el viento y la lluvia como si estuvieras en la propia escena. Y además esta atmósfera tan adecuada para la trama viene acompañada por unos personajes magníficos, cada uno con un estilo diferente y que darán mucho juego.
Con una narración ágil, abundantes diálogos y los pensamientos de la protagonista tenemos los ingredientes necesarios para meternos de lleno en una historia llena de intriga y cuyo final me ha parecido perfecto.
Sin duda una novela que os recomiendo encarecidamente si os gustan los libros de misterio clásicos bien escritos.