La escalera de caracol

Helen es una joven que entra a trabajar en La Cúspide, una mansión perteneciente a la familia Warren. Esta mansión está bastante aislada y la familia que la habita está compuesta por unos miembros un tanto peculiares. de todos es la vieja señora Warren la que produce más escalofríos. Su mal genio hace que nadie quiera estar cerca de ella. Por la zona se han producido una serie de asesinatos de mujeres jóvenes y este hecho tiene a todos nerviosos, hay un asesino cerca y lo saben. El asesino vuelve a actuar y ha sido tan cerca, que prevén que puede estar rondando la mansión para cometer otra de sus fechorías; han de estar atentos y preparados. Tenemos por delante una noche complicada, en la que todos los habitantes de la casa deben permanecer unidos para hacer frente al asesino si este llegase a aparecer; pero poco a poco, cada miembro va quedando fuera de juego sintiéndose Helen cada vez más desprotegida.

Tiempo borrascoso, oscuridad, el perfil de los árboles que parecen cobrar vida, ruidos de los ventanales por el fuerte viento y el roce con las ramas, lluvia torrencial, estancias siniestras, sombras andantes que se vislumbran por el rabillo del ojo... Esa casa que en principio sentía como acogedora y protectora de lo que hubiese ahí fuera, se convierte en un escenario propicio para que ocurra lo que Helen teme: que el asesino la elija a ella como la siguiente víctima. ¿Pero quién es este asesino?

Una historia que tiene al lector pegado a las páginas desde principio a fin, junto a una buenísima atmósfera y una gran tensión perfectamente creadas por la autora. En el primer capítulo nos mete de lleno en el ambiente, ya se inicia la tensión que vamos a sentir hasta el final. Llegamos a La Cúspide con un nudito en el estómago, como Helen, sintiéndonos a salvo al traspasar sus puertas por lo vivido fuera; pero esa acogedora mansión se convierte en un lugar inhóspito que nos pondrá los vellos de punta.

Destaco la atmósfera, cómo nos sitúa en esa casa, cómo nos hace sentir esas sensaciones de angustia, tensión, miedo, ante aquel que está por llegar o por descubrirse... y menudo final! 👏
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