Dos corazones rotos y el destino haciendo de las suyas a través de una nota. Charlotte es dulce, trabajadora, un poco torpe, perseverante y entusiasta. Reed es arrogante, responsable, reservado y esconde algo que a ella le genera mucha intriga. Tanto ellos como su relación a fuego lento cargada de tensión me han gustado mucho. Los dos tienen que luchar contra sus propios demonios y darle una nueva oportunidad al amor. Max e Iris, los secundarios con más peso, me han encantado, sobre todo ella. Una historia adictiva, fresca, con su toque divertido y su pequeño drama (no me lo esperaba para nada) que nos deja una moraleja bastante clara: hay que disfrutar de lo que tenemos. |