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Para mi tercera lectura del año del #retopiaspirits de @victorianspirits he elegido uno de los libros al que más ganas tenia de hincar el diente en este 2023, y que fue uno de mis regalos de navidad. Llevaba tras “La Ciudad Justa” desde que se anuncio su publicación en español por parte de la editorial Duermevela. Es el segundo libro que leo de este sello, y como la vez anterior (con “ Cuando la Luna Era Nuestra”) la experiencia ha sido muy positiva. de veras que tengo muchas ganas de seguir leyendo todo lo que nos traiga este sello, porque la mayoría de sus libros me llama mucho la atención y su trabajo editorial me parece una auténtica maravilla. de hecho, la portada de este libro es una de las más bonitas que yo. Recuerde haber tenido entre las manos, con una bonita ilustración llena de detalles y brillos, que casan muy bien con las ilustraciones que podemos encontrar en el interior al principio de cada capítulo. Una excelente presentación para un excelente libro que me ha encantado. Como he dicho antes, le tenía muchas ganas.Y a grandes rasgos ha sido todo lo que esperaba de él. La diosa Atenea ha decidido llevar acabo un experimento poniendo en práctica todo lo que propugnaba Platón en su famosa obra “La República”. Para ello trasladará a una isla abocada a la destrucción a un grupo de estudiosos y filósofos platónicos de todas las épocas. Ellos serán los encargados de educar y guían a un grupo de niños salvados de la esclavitud para convertirlos en reyes filósofos. Y a todo esto hay que sumarle que los trabajos más duros y desagradables son llevados a cabo por robots. Como podéis ver, el experimento promete, y a él se apunta otra deidad, el dios Apolo, integrándose dentro del grupo de niños a los que educar. Todo parece ir como la seda, hasta que al lugar llega Sócrates, que con su actitud contestataria pondrá en tela de juicio todo lo que están haciendo, y él hará todas esas preguntas que nadie sabe o quiere responder. Como podéis ver, estamos ante una novela diferente y especial, que parte de una premisa rompedora y arriesgada pese a que pueda parecer, a priori, un poco alocada. Pero a medida que vas leyendo, ves como toda esa mezcla de ucronía, figuras históricas, filosofía, robots y viajes en el tiempo cobra perfectamente sentido en ese microcosmos que Jo Walton ha creado y desarrollado en esta obra, y como consigue que todo encaje de una forma increíblemente orgánica. Me ha encantado la forma en que la autora usa los preceptos y escritos de Platón para poner sobre la mesa temas de rabiosa actualidad, como la libertad personal, el derecho al consentimiento, el feminismo, el abuso sexual, la esclavitud y el cuestionamiento a lo que los gobernantes quieran imponer a los pueblos. Para mí todo esto ha sido el gran acierto de la obra, lo que le ha hecho tan única y especial. Tenía muchísimas ganas de iniciarme ya con Jo Walton, es una autora que si me llamó la atención desde hace varios años y que me fascina lo diferente que son cada una de sus obras respecto a las otras. Y desde luego no podía haberme iniciado con ella con mejor novela que esta que nos ocupa. El estilo de Walton para escribir me ha parecido muy directo y cercano, pero a la vez bastante pulcro. Todo ello me ha parecido muy acertado, ya que hay muchas cuestiones morales y filosóficas que se trabajan a lo largo y ancho de esta lectura, y creo que era importante tratarlas de una forma que permita el lector pueda conectar con ellas. Que el ritmo narrativo sea pausado favorece que el lector pueda empaparse más de esos diálogos y debates que jalonan toda la obra. Quizás Maria, desconcertado un poco, mientras leía que lo que narraban en los diferentes capítulos, las dos principales narradoras, Simmea y Maya, estaba un poco descompasado en el tiempo, no sucedía a la vez. Pero una vez que me hice a esta forma de contar, me fui muy cómoda de leer. Reconozco que una de las cosas que más miedo me daba a la hora de coger este libro es que no sé mucho de filosofía clásica. Sabía cuatro o cinco cosillas básicas de las obras de platón, lo que buenamente recordaba de mis estudios de segundo de bachillerato. Y ni que decir tiene que no he leído nada de este autor, y mucho menos“La República”. de ahí que haya agradecido que Jo Walton narre de forma que uno pueda entender por medio de la trama los principios básicos que cimientan esa ciudad justa que Platón ideó y que tanto peso e influencia ha tenido en la cultura y filosofía de los siglos posteriores. Mientras lee, uno tiene la sensación de encontrarse ante una especie de juego en el que todo está muy bien manejado. Hay muchos personajes, y cada uno de ellos es como una hormiguita que tiene su papel dentro de lo que es la Ciudad Justa. Hay muchas descripciones y muchas conversaciones relacionadas con el arte, la moralidad y la humanidad. Todo ello forma parte de la propia trama y ayuda a entender a los personajes y a comprobar su evolución. Y es que estamos ante una obra en la que el argumento y la moralidad de cada uno de sus personajes y sus intenciones son todo en uno, así que eso que os he dicho es perfectamente comprensible que lo encontremos todo el rato. Por cierto, me quedo con ganas de saber más de la personalidad de Atenea, de que tenga más momentos dentro de la narración. Teniendo en cuenta que todo parte de ella y que es la que pone en marcha el proyecto, me ha sorprendido que no aparezca más. Y también me ha dado mucha pena, porque de los dioses griegos es mi favorita absoluta. No obstante, hay ciertas cosillas que para mí le han quitado décimas de la puntuación final. de hecho, la puntuación real que le pondría a esta novela es un meritorio 4,75. No llega a las cinco estrellas redondas por los siguientes aspectos: En primer lugar, los personajes de Maya y Simmea me han dejado muy fría. Deberían haber sido el motor emocional de la obra, Los ojos, a través de los cuales el lector es transportado a esa ciudad justa, y conoce todos sus engranajes y como se van desarrollando los acontecimientos, es decir, los dos personajes con los cuales uno debería haberse sentido sino más identificado al menos más cercano. Y de hecho, son dos mujeres que parten desde puntos muy interesantes (una es una dama victoriana educada que no encuentra unas perspectivas muy halagüeñas dentro de la sociedad en la que le tocó vivir. Y la otra está abocada a una esclavitud de la que es salvada por la Ciudad Justa). Y ambas sufren una notoria evolución a lo largo de las más de 400 páginas que componen el volumen. Y sin embargo, por algún motivo son personajes que resultan fríos y lejanos, cuesta conectar con ellas, pese a que la mayor parte del tiempo vemos las cosas desde sus puntos de vista. Casi echo más en falta capítulos contados desde la perspectiva del dios Apolo, que me ha parecido el narrador más interesante de los tres, y que siento mucho que no tuviera más capítulos. Para mi sido el gran personaje de la novela junto al gran Sócrates. Menos mal que les teníamos a ellos, para mí son los que dan más chispa a todo el conjunto. Por otro lado, echo en falta que se hubiera incidido un poco más en la trama propiamente dicha.Entiendo que todo esté más enfocado en el día día de la ciudad justa y como el proyecto de Atenea y Platón (él cual me parece curioso que no aparezca en ningún momento de la obra, que solo se le mencione) va desarrollándose, en los problemas que los mayores van encontrándose y en los desafíos a los que los niños deben enfrentarse tanto en dentro de lo que es su formación como en lo que es la convivencia de unos con otros. Pero echo en falta que se pusiera un poco más el foco en lo que es la evolución y el crecimiento de los Robots ( Ya que ese aspecto no se convierte en algo primordial hasta el último cuarto del libro) y en los focos de rebeldía que nacen y crecen en el seno de la ciudad, personificados en la figura de Cebes, uno de los niños llevados a la isla para ser convertido en Rey Filosofo y que no está satisfecho con el que hayan elegido por él sus destino. Y por otro lado, el final me ha parecido muy precipitado. Demasiado teniendo en cuenta el mimo y la tranquilidad con la que Walton ha manejado absolutamente todos los compases durante el 99,5 % de su narración. Que en pocas páginas finales pegue de pronto un giro tan radical como el que hace, y que lo deje todo en el aire me ha descolocado mucho y me ha cabreado un poquito, para que mentir.Incluso sabiendo que estamos ante la primera parte de una trilogía y que Duermevela, ya anunciado para este otoño la publicación de la segunda entrega, esa precipitación me ha dejado un poso de decepción bastante pronunciado, para que mentir. Solo recordando que realmente aún quedan dos entregas más y que esto es una trilogía (que es algo que descubrí mientras leía)se me pasa el enfado. Porque si tomamos en cuenta esto hay que reconocer que el libro pone al lector en contexto sobre lo que va a venir en los siguientes libros muy bien, todo hay que decirlo. Probablemente con otro libro hubiera sido más crítica por todo esto, pero tengo que reconocer que todas las cosas que encontrado en “La Ciudad Justa” que me han gustado, me han encantado tanto que me siento, al final, muy benevolente con esta reseña. Para que voy a engañaros. En definitiva “La Ciudad Justa” es una asombrosa y perfecta mezcla entre ucronía, ciencia ficción, fantasía y filosofía que me ha fascinado totalmente. Es un libro rabiosamente atemporal, porque trata temas que siempre han estado ahí y que aún siguen poderosamente vigentes hoy en día. Si se tiene en cuenta que estamos ante una trilogía, es un perfecto inicio deshaga que pone sobre la mesa a unos personajes y un contexto que estoy deseando seguir en las dos siguientes entregas. Estoy deseando que “Los Reyes Filósofos” llegue ya a las librerías españolas para saber como sigue todo. Y espero que Duermevela traiga también el tomo final de la serie. de momento, lo que sí puedo decir, es que este libro se va derechito a mis favoritos de los que llevo leídos en este 2023. |
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