El castillo de Otranto

Quizás mis expectativas eran demasiado altas para la "primera novela gótica", pero ésta no fue nada de mi gusto. La historia tiene suficientes giros y vueltas como para ser atractiva, pero la forma en la que está escrita nunca me atrajo realmente. Algunos de los elementos de la trama son tan ridículos que rayan en lo cómicamente absurdo, lo que no encaja bien con el estilo de escritura.

Puede que, en su época, las pinturas andantes y los cascos gigantes probablemente eran muy espeluznantes, pero ahora parecen débiles, artificiales y, en última instancia, aburridos. Me reí durante la mayor parte de la novela, cuando no estaba luchando contra la tentación de quitármela de encima, y aprendí por qué la literatura gótica era tan a menudo parodiada, porque si Otranto es el padre del género, el género pide ser parodiado.

No lo detesté del todo, aunque lo parezca, pero simplemente no me pareció un libro particularmente bueno. La respeto en la forma en que se considera la primera novela gótica, pero me costó mucho seguir la trama. La historia fue torpe, confusa y no podía leer más de diez páginas sin aburrirme. Lo que me gustó de este libro fue lo exagerada que se volvió la trama y lo melodramáticos que eran los personajes. Esa parecía ser su única gracia salvadora.