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Una vida se compone de hechos, pero quizás es, en mucha mayor medida, las interpretaciones que hacemos sobre esos hechos. Este libro es un hechizo para cualquier persona que ya tenga una fascinación con Sylvia Plath, como es mi caso. Leyéndolo, me venían a la mente los poemas de “Ariel”, así como muchos pasajes de sus diarios. Publicado originalmente en 1987, es un análisis de la autora, Linda W. Wagner-Martin, sobre la vida de Sylvia; basándose en aquella parte de su obra hasta la fecha accesible -poemas, relatos, novela, diarios y parte de su correspondencia- y en entrevistas que realizó a personas que formaron parte de su entorno. La propia autora indica en el epílogo que hay todavía mucha de la obra de Sylvia aún sin recopilar e inédita; al igual que su último diario - destruido por Ted Hughes - y el borrador incompleto de su última novela, que no se ha recuperado. Si hay una cosa que pondría en especial valor de esta lectura, es lo mucho que me ha dado a conocer la extensa y profunda formación de Sylvia y las influencias que volcó en su obra. Era una mujer con exquisitos conocimientos literarios y muy lectora. Es especialmente brillante la manera en que la autora hila la construcción de la voz poética de Sylvia a lo largo de los años. Desde la técnica más pulida y las influencias más académicas: escribir poemas a partir de listas de temas, como ejercicios de estilo. Hasta llegar a un yo literario muy íntimo, irónico, una poesía llena de símbolos y referencias a la mitología y el misticismo -que tanto le interesaban- y escrita en base a la lectura en voz alta. Cada vez más cercana a los objetos y experiencias de su vida cotidiana, a la exploración de la femineidad - un tema ante el cual, por cierto, siempre mantuvo grandes conflictos siendo hija de su época, y que salpicaba las entradas de sus diarios desde muy joven-. También las inquietudes políticas, el antibelicismo y el pacifismo, que mantuvo durante toda su vida, y la convicción del compromiso del poeta con los aspectos de la vida y el mundo real. «[sus poemas] Estaban inspirados en su propia vida, pero se abrían a una interpretación universal» |
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