La guerra de los pobres

La invención de la imprenta, la traducción de la Biblia al inglés, la posterior reforma luterana y la Biblia de Lutero, provocan muchas ampollas en una Iglesia que apoya al rico, que sirve al noble y que enriquece al clero, desamparando día a día a los pobres que la mayoría de las veces no llegan al final del día con un mendrugo de pan que echarse a la boca. Estas pobres gentes, campesinos, mineros, obreros, tejedores, no entienden cómo el Dios de los pobres los abandona de esta manera, situándose junto al rico, que por otra parte, aprovecha su ya privilegiada situación para seguir exprimiendo al pobre.

Éric Vuillard, Premio Goncourt de 2017 por su novela “El orden del día”, deja claro su más que merecido galardón en esta novela corta, con una destreza literia casi poética, al narrar la profunda brecha que se produce en las consciencias de los pobres. Su sentido del humor, en ocasiones sutil, otras mordaz, hace alarde del control que tiene de la pluma, tratando un tema histórico complicado y que tanto sufrimiento causó en la sociedad alemana de entonces. Relata el momento clave en que por fin se disipa esa niebla densa y cuestionable que mantenía nublada las creencias de estas personas que vivían en la miseria y que su fe en Dios mitigaba en parte. Comienzan a vislumbrar la verdad por la que tanto tiempo han esperado.

Esta novela relata ese momento de la mano de un predicador alemán, Thomas Müntzer, que comienza a predicar su misa en alemán para aquellos que no saben leer, aquellos a los que la verdad de la Biblia ha estado inaccesible por tanto tiempo debido a esa lengua tan enrevesada que es el latín y cuyo contenido ha sido interpretado en claro beneficio por y para el clero. Sus sermones, cargados de furia y sed de venganza, provocará la precipitación de los hechos en una serie de levantamientos que resultarán en la “Guerra de los campesinos alemanes".