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Salvador abandona Madrid en los primeros días del confinamiento, por prescripción médica, para vivir en una cabaña en la sierra. Él es un docente jubilado anticipadamente y allí va a conocer a Montserrat (Altisidora para él), la tendera de la localidad, y entre ellos surgirá una relación personal y amorosa. Manuel Vilas nos ofrece la historia de un amor maduro, una relación forjada en pleno confinamiento entre dos personas que arrastran mochilas diferentes pero que lograrán conectar en un momento de tremenda incertidumbre. Será una historia de amor idealizada por parte de Salvador, un personaje quijotesco que cree no haber amado nunca pero que vive esta oportunidad desde la emoción y el descubrimiento de nuevas experiencias. Los 58 años de él y los 45 de ella se nos muestran en una historia sobre la soledad de dos personalidades antagónicas pero a las que la pandemia sitúa casualmente en un mismo lugar. Y de alguna forma esto los iguala, los une, hace confluir su historia de vida en un momento crucial que nos es narrado a través de los soliloquios del docente. Dice Manuel Vilas que este era el momento perfecto para escribir una historia como la que aquí nos ofrece. Porque "cuando hay una catástrofe, más vale inventarnos el amor". Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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