El Evangelio

Cuando estaba en la ESO detestaba la Tecnología. Mi profesor, Enrique, hacía lo imposible porque me interesara en aquellos paneles llenos de herramientas que, para una criatura tan torpe como yo, resultaban todo un peligro. Entre explicación y explicación me contaba cómo había sido su infancia en un pueblo del País Vasco, su noviazgo frustrado con la farmacéutica y me hacía reír burlándose, con ternura, de cada intento de proyecto que yo llevaba a cabo. Durante dos cursos nos vimos con frecuencia y, luego, yo me pasé a Humanidades. Hace algunos años Enrique, hombre bueno de gestos y no solo de palabras, no amaneció una mañana. Y desde entonces, siempre que puedo, me acerco por la iglesia donde están sus cenizas y pienso cuánto me enseñó de la vida. Porque los profesores hacen eso. Más allá del inglés, las matemáticas o el latín. El profesor que vence al olvido es aquel que te descubre. Y eso me ha recordado la lectura de El Evangelio (Blackie Books, 2021), de Elvira Victoria, autora de la maravillosa novela Voz de vieja (Blackie Books, 2019), que te sumerge en un viaje inolvidable a la infancia.

En esta nueva obra conoceremos a Lali, una chica de barrio que compagina su carrera de Magisterio con su trabajo en una pizzería, que nos ofrece, a través de su vida, que podría ser la de cualquiera, esas barreras, inquietudes, miedos y tormentos que nos acongojan en nuestro día a día. Aunque sus estudios no son lo que ella imaginaba y las prácticas que le adjudican la envían a un colegio religioso, esta experiencia le servirá para comprender a los pequeños, para diferenciar a aquellos docentes, sean monjas o no, que se interesan por ellos y, sobre todo, para aceptarse a sí misma, y también, al resto, porque todos merecemos ser amados, encontrar nuestro lugar en el mundo y disfrutar de nuestra pequeña parcelita de felicidad. al final, ser profesor es tomar conciencia de que nunca dejamos de aprender, ni de comprender, y esa es nuestra mayor recompensa.
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