Un fantasma

"Existe una estirpe de escritoras feroces. Son esas que escriben como si acabaran de sacarle brillo a una apisonadora. (...) Son esas que escriben como si afilaran las cuchillas de los patines, como si planearan durante años una venganza."

Así presenta Layla Martínez este libro, en un estupendo prólogo que ya te adelanta el tono de lo que vas a leer. Las escritoras feroces son aquellas que no buscan entrar en el canon de la moral burguesa, que no buscan que las instituciones las acojan, sino que pretenden hacerlas estallar, romperlas o, simplemente, vivir fuera de ellas.

Raquel Verdugo y Alma López han escrito un libro que se lee como un puzzle, en el que, a través de las miradas de otros, vamos construyéndonos una imagen de nuestra protagonista: Celeste Esquivel, personaje principal que, sin embargo, no aparece sino a través de relatos ajenos que construyen una imagen suya siempre incompleta, siempre llena de prejuicios, de vacíos. Pero, al mismo tiempo, vamos conociendo a todos esos otros personajes, vamos armando la imagen de toda una familia, una sociedad, que mira por encima del hombro a quienes no se ajustan a las normas sociales mientras desvían la mirada de sí mismos, que tienen intereses espurios, y que, cada uno con una excusa más burda, deciden no acudir al funeral de Celeste cuando esta muere. A través de todas estas excusas, vamos divisando a la verdadera Celeste, si es que existe algo como tal.

Y es que Celeste Esquivel es un personaje esquivo. Una mujer pegada a un abrigo de piel, con más vidas que un gato. Una mujer cuyo pasado es misterioso hasta para quienes se supone que pertenecen a su familia. Una mujer que ha hecho siempre lo que le ha dado la gana dentro de lo que ha podido, que también fue víctima en algunas circunstancias, y verdugo en otras. Una mujer que es, en definitiva, un fantasma.

Esta novela me ha parecido un libro muy original y muy arriesgado, con un tono cambiante según el personaje que toma las riendas de la narración, y con una parte final sorprendente, misteriosa, digna de una novela de espías. Un libro que te atrapa y que no puedes soltar hasta el final, porque la curiosidad por el personaje de Celeste es tal que necesitas seguir leyendo, saber hacia dónde te lleva el relato.

Aunque es cierto que el cierre me ha descolocado un poco, porque siento que el tono del desenlace es un poco diferente al resto de la novela, es un libro que merece mucho la pena, tanto por su originalidad como por el amplio espectro de personajes y voces que se presentan y que resultan fascinantes en su miseria.