La última muerte en Goodrow Hill

Cabot Cove, Wayward Pines, Twin Peaks, Rosewood… ¿os suenan estos sitios de los que soy muy fan? A todos estos lugares se les puede aplicar el famoso dicho “pueblo pequeño, infierno grande” y a esta lista podríamos sumar un par de poblaciones literarias que encajarían perfectamente, una de ellas, la creada por Santiago Vera en “La última muerte en Goodrow Hill”.

Esta historia bebe de esos pueblos míticos de la literatura y la televisión como inspiración para presentarnos una trama que, en mi opinión, demuestra un salto abismal en la evolución del autor. Y es que Santiago escribe muy bien y tiene muy buenas ideas, algo que ya demostró en su anterior novela, “La vida secreta de Sarah Brooks”, que tiene uno de los finales más increíbles que he leído en mi vida.

Y es precisamente el final lo que no me ha convencido de esta novela, porque creo que existen ciertas incongruencias durante la trama que no casan bien con el desenlace, pero siendo honesta, a pesar de ese único “pero”, he disfrutado tantísimo del desarrollo de la historia, que me sigue pareciendo un libro impresionante.

Personajes llenos de secretos, un misterio contado a dos tiempos, un pueblo donde se acumulan los misterios… ¿qué más necesitáis? Bienvenidos a Goodrow Hill.