La dama boba

Leer a uno de los dramaturgos españoles más importantes de la historia de la literatura da mucho respeto. No obstante, hay que atreverse con los clásicos, porque suelen ser atemporales y por ello siguen teniendo mucho que ofrecer. Y en este caso, Lope de Vega no se queda atrás con esta comedia sobre el amor.

La obra se divide en tres actos, aunque esta edición tiene una introducción con la que poder entender mejor el libro. Suelo leer este tipo de información porque aporta mucho a la lectura, y hace que la entienda mejor. Además, suele hablar de la sociedad de la época, y eso siempre es interesante.

La obra en sí no es muy larga de leer, pero el lenguaje dificulta un poco su lectura. El castellano del siglo XVII tiene muchas diferencias con respecto al actual, y leer en verso no suele ser tampoco tarea fácil, pero aún así el mensaje queda claro.

Tenemos en este libro dos hombres totalmente distintos: uno que se interesa más por la dote económica que va a recibir que por quién llegue a ser su esposa, y otro al que el dinero no le importa, más bien le interesa la persona con la que va a disfrutar el resto de sus días. Aún así, el protagonista claro de esta historia, el amor, hará de las suyas para que el primero cambie de opinión.

La dama boba nos habla también de la vida de las mujeres de la época cuyos padres elegían con quien se casaban y después sus maridos tomaban todas las decisiones importantes de su vida. Siempre dependiendo de los hombres. Poco importaba si la mujer era inteligente y muy válida, porque los hombres eran los dueños de su destino.

También esta obra cuenta con los criados, esos personajes secundarios que son capaces de dar la vuelta al argumento en cualquier parte de la historia. Estos personajes son muy característicos de la época y no me ha sorprendido verlos en esta obra. Siempre le añaden un poco de sal y chispa a la lectura.

Una obra recomendable para leer, pero utilizando la paciencia para poder comprender mucho más los entresijos de la sociedad del siglo XVII y no perderte nada.