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El libro me ha gustado mucho. Pese a tratarse de una novela histórica su lectura es muy rápida y dinámica, sin lugar a dudas debido a una buena elección de la voz narrativa y el punto de vista.El narrador en tercera persona toma la perspectiva de un personaje distinto en cada capítulo, por lo que la reconstrucción histórica termina siendo más enriquecedora al contarse desde los diferentes puntos de vista implicados (con lo que no quiero decir que todo los que se cuenta sea fiel a la verdad, pues Vargas Llosa se ha tomado muchas licencias a la hora de contar la llegada al poder en Guatemala del dictador Castillo Armas y su posterior caída). Otro punto a favor son los protagonistas, están muy bien dibujados, de todos ellos se nos dan a conocer sus miedos, motivaciones y ambiciones a la hora de actuar. Todos luchan a su manera por alcanzar el poder, un poder que luego no saben gestionar y los devora. |
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